Debería sentirme mal por encontrar a gente que esta triste, apenada, o sencillamente pasan un mal momento y alegrarme.
Pues no.
No es así, sería un falsa si dijera que si para quedar bien.
Pero somos falsos, mentirosos, hipócritas, engañamos a la gente que conocemos y a la que no.
Nos engañamos vilmente a nosotros mismos.
Me alegro en lo más profundo de mi ser de que mi ex este abatido y triste por que la relación que empezó a toda prisa después de dejarme y dió lo no me dió a mi, le haya salido mal, ojalá llegue al grado de pena que llegué yo, que superé gracias a alguien que también me dejó, pero que antes de hacerlo me enseño a ser fuerta, super fuerta y a valorarme y creerme capaz de superar todo.
No me alegra mentir a mi amiga cuando la veo con su hija, que parece una muñeca repollo y siempre le digo eso de que nena tan mona y graciosa...
Miento cuando sonrío y digo buenos días al entrar por las mañanas al supermercado, con 6 empleadas que odian su trabajo y no hacen nada más que mirar el reloj jugando a ver cual de ellas es más lenta.
Cuando mi madre me pregunta si bebo o fumo demasiado, no miento, omito la verdad.
Actúo y finjo con los demás como perfecto ejemplo de hipocresía, mostrando una imagen que no coincide con la que se mira en el espejo antes de ir a dormir.
Debería pedir perdón por mis contradicciones, o intentar pedir disculpas por no decir lo que pienso, quizás callando y pasando de mis neuronas las cosas irían mejor.
También puede ser que sea demasiado buena para la mediocridad que me rodea o que simplemente sea una prepotente que me automargino.
Debería sentirme mal por llorar cada vez que algo me duele y tener que esconderme para seguir siendo cruel, fría y sin sentimientos de bondad y empatia.
Las cometas se elevan y se mantienen en el aire por acción de viento. Pero siempre caen.